lunes, 15 de noviembre de 2010

Un amigo de la familia

























































































































La juventud de los años 70 era muy diferente a la actual. Los jóvenes de entonces, cuando se juntaban, era para tratar los temas que los adultos hablan hoy.

Una escena típica en casa en 1974: mis hermanos con sus respectivas parejas y amigos en el interior de una galeria vecina, sentados en el suelo y en plena oscuridad hablando de lo bien que cantó el grupo Expresión Joven en el concierto de Siete Dias con el Pueblo, de la injusticia de que se haya prohibido en el pais el LP de Mercedes Sosa cantando las composiciones de Violeta Parra, de Mamá Tingó, de los muertos en la UASD, del golpe de estado en Chile y de otros temas afines.

Mientras, en el interior de mi casa, existía una atmosfera que recordaba los tiempos en que Virgilio y Horacio amenizaban a los emperadores romanos con sus versos.

Mi madre, en compañía de selectas amistades, abría un libro manuscrito repleto de poesías que ella misma había sacado de diferentes compendios, entre ellos Titanes de la Poesía Universal, y de éstos, los más exquisitos, llenaban las páginas de este "Record" a las cuales ella les agregaba dibujos que adornaban cada verso. Este libro, en la actualidad, lo tiene Tía Vielka y es un verdadero y codiciado tesoro.

Una de esas amistades selectas, era Fernando Cristóforis, hermano de Clarita, la entonces novia de mi hermano. Ha sido uno de los mejores actores que ha dado el país y un ser humano extraordinario. Fue él quien me "coló"en el teatro en 1975, y tuve el honor de estar en dos obras de las muchas que protagonizó: "Las Manos de Dios" en 1975 y "Roma Libre" en 1984.

Falleció con 31 años, en noviembre del 1984.

Mi madre recortó de los periódicos todo lo que pudo sobre la muerte de Fernando. Los conservó durante 24 años en un sobre y yo los encontré al fallecer ella.

En estos días, al cumplirse los 26 años de la partida de Jochy, decidí escanear todo el material y colocarlo en esta página, para la posteridad y como homenaje a Fernando, un amigo de la familia.

jueves, 1 de octubre de 2009

Tamara fue ante todo...una artista.
















Aunque la mayoría de sus cuadros y pequeñas esculturas descansan en diversos hogares tanto de familiares como de amigos, de ese arte retengo algunas muestras y las retraté para incorporalas a su página, como tributo a lo que también fue Tamara: Una artista que desde muy joven mostró un gran apego a las artes en todas sus vertientes.

viernes, 6 de marzo de 2009

UN BREVE ESPACIO PARA CARLOS (1925-1998)

Sería injusto no dedicarle unas líneas cariñosas a mi papá, quien, a pesar de haberse enfermado cuando yo apenas tenía 14 años y no permitirme por ese motivo gozar de sus sabios consejos cuando adolescente, recuerdo que me brindó una niñez envidiable, llena de todo lo que yo necesitaba.
Si me pegó dos veces en su vida fue mucho.
Era lo más dulce y bueno que se haya podido conocer. No había un final de una novela mexicana en el cual no mojara la mesa con sus lágrimas con aquella mueca característica de dolor que a mami le irritaba tanto. Ella le miraba hacer la mueca y le decía: -"PARECES UNA LECHUZA!". Papi solo se reía tiernamente porque la amaba con locura, de verdad y desde siempre. Uno era, en su caracter, todo lo contrario del otro.
Carlos nació en Puerto Plata, el 23 de abril del 1925. Era el cuarto de cinco hermanos hijos de Don Antonio y Colombia. Sus hermanos fueron: Betty, Casada con Narciso Román; Livia, casada con Milongo Mena.; Federico, casado con María Ricardo y Luis, casado con Lulú Villalón (Todos fallecidos a excepción de Tío Milongo y tía María). Tía Betty tuvo tres hijos: Asia, Chicho y Antonio; Tía Livia tuvo cinco: Ginni, Tony, Ray, Milagros y Gustavo; Tío Lulo (Federico) tuvo a Ivonne, Flor, Gina y Federico y Tío Luis tuvo a Livia, Antonia y Luisito. Todos a su vez casados con hijos, nietos y biznietos.
Volviendo a mi papá, él era muy buenmozo, algo así como el galán típico de los 50's, con su bigotito y su cabello con gelatina. Era una liga entre Clark Gable y Pedro Infante. Fue muy enamorado en su juventud.
Estudió medicina y fue un esposo y un padre abnegado.
Aunque vivió la época del trujillismo, y pese a que su primo Manolo estuvo en el Movimiento 14 de Junio, papi jamás quiso involucrarse en la lucha. Mami quizás lo hubiera hecho por su amistad con Minerva y por su espiritu rebelde y a lo mejor hubiese sido una excelente guerrillera.
Antes de yo nacer, papi fue senador en el gobierno de Bosch, por breve tiempo.
Entonces regresó a su medicina y cuando lo nombraron en la capital con un puesto excelente, todos nos mudamos aquí. En 1980 el destino le hace la drástica jugada de que cayera víctima de un ACV (Accidente Cerebro Vascular).
Nunca aceptó su condición ni el cambio radical de médico a paciente, y cada vez que podía se escapaba a la calle, como rebelándose por lo injusto de su destino.
Allí estaba, recluído en la casa para siempre, usando pijamas en vez de sus trajes y mami pasó a ser su enfermera privada durante 18 años. Este período hizo que ella, que nunca fue extremadamente jovial, se apagara más y más y su buen humor cada vez fuera menos notorio.
Mi padre, al contrario, se hizo muy frágil, muy dependiente, y como no tenía acceso a la calle, su mente y vida consistían en horas frente a la televisión. Se sabía las novelas mexicanas mejor que mami.
La noche del 04 de enero del 1998, en medio de sus acostumbrados paseos por la casa a oscuras cuando todos dormíamos, tropezó con un cachorrito que teníamos y se rompió la cadera. Le operamos y aplicamos una prótesis pero jamás se recuperó ni caminó otra vez. Ya la cama de agua era su único modo de vida.
No quería comer.
Las llagas en su espalda por la posición de estar acostado le producían un dolor insoportable. Mami se las curaba.
En abril de ese año, la mañana del día 08, me levanté y fui a su cuarto. Allí estaba, boca arriba, con una vela encendida en su mesita de noche.
Tía Vielka a su lado y mami recostada del tocador.
Había fallecido.
El 23 de ese mes de abril, Cachulo, mi padre, hubiese cumplido 73 años.

FAMILIARES Y AMIGOS ALREDEDOR DE TAMARA

Mami vió morir a sus padres y dos de sus hermanos. Mi tío Ambiórix casó con Camelia C. y tuvieron cuatro hijos: Xiroibma, Alberto, Vianela y Raúl. Ambos tíos están fallecidos. Tío Amiris, también fallecido, casó con Nancy F. y tuvo tres hijos: Tomoris, Amiris y Néstor. Tía Vielka, la única que los ha sobrevivido, casó con Rafael B. y tuvo cuatro hijos: Laura, Vielka Milagros, Rafelito y Rosa. Luego se divorció. Rafael falleció y tía casó entonces con Roque B., con quien tuvo a Roquetín. Luego se divorciaron.
Todos, a exepción de Tomoris, Rafelito y yo, ya han formado familia.
Hablaré brevemente de los recuerdos que poseo de ella, la mayoría jocosos. Por ejemplo, en 1972, viviendo en la calle Pedro Henríquez Ureña en una segunda planta, el cuarto de servicio quedaba al lado de una escalera que daba al patio, pero esa escalera y el cuarto estaban separados por un enorme vacío que daba a un duro concreto. Una noche mami decidió darle un susto por la ventana a mi niñera y a Alicia, la ex niñera de Tamarita que aún vivía cono nosotros. Para dar el susto, debía saltar de la escalera a un pequeño murito que estaba bajo la ventana de esa habitación. Midió la distancia mal y cayó al vacío rompiéndose ambas piernas. Subió las escaleras hacia la casa sentada, escalón por escalón y apoyándose por los brazos. Alegó que estaba inspirada pintando la noche y resbaló. La verguenza no la dejaba decir la verdad.
En 1979, en el tiempo que la ciudad estuvo sin electricidad por los daños causados por el ciclón David, mami y una vecina, Maritza, se dedicaban a poner árboles y ramas caídas en medio de la calle y ya entrada la noche, para que los vehículos tuvieran que detenerse a quitarlas. O también otras bromas, como preparar un muñeco bastante real y ponerlo acostado en la oscuridad de las escaleras del edificio, dando la impresión de ser un borracho dormido. Nadie se atrevía a cruzar hacia los pisos superiores.
Experta maleante en los supermercados, mami era el terror de los chocolates Perugina, sus preferidos. Tomaba una caja desde que entraba al establecimiento y se los iba comiendo mientras hacía las compras. Solo que colocaba la caja vacía donde mismo la tomó llena y se olvidaba de ella. Eso estaba mal, lo sabemos, pero era preferible verla comiendo bombones finos y no verla perder la clase con la boca llena de pedazos de caña.
Lo más reciente, fue mi cómplice en el 2004 cuando le pedí ayudarme para un capítulo de una novela que yo estaba escribiendo. En esa parte, un hijo enfermo de leucemia, le pide a su madre compartir con él travesuras que él jamás había hecho, como robar una tienda. Para hacer más veraz mi novela, traté de copiar situaciones reales. Mami comenzó a meter en su cartera cosas que tuvieran el dispositivo de seguridad y yo me metí en el bolsillo algo parecido a un destornilladorcito. La risa no la dejó más y pasó por la puerta. El pito se activó y tuve yo que entrar a un cuartito y pagar por lo que mami tenía en la cartera y yo en mi bolsillo. Salimos de allí muy serios y en el carro fue que explotamos de la risa y mami se orinó en el asiento. Entonces me miró y me dijo: -Ay, esta me la cobro yo, desgraciado!
Fue una experiencia muy divertida, aun con los nervios.