viernes, 6 de marzo de 2009

UN BREVE ESPACIO PARA CARLOS (1925-1998)

Sería injusto no dedicarle unas líneas cariñosas a mi papá, quien, a pesar de haberse enfermado cuando yo apenas tenía 14 años y no permitirme por ese motivo gozar de sus sabios consejos cuando adolescente, recuerdo que me brindó una niñez envidiable, llena de todo lo que yo necesitaba.
Si me pegó dos veces en su vida fue mucho.
Era lo más dulce y bueno que se haya podido conocer. No había un final de una novela mexicana en el cual no mojara la mesa con sus lágrimas con aquella mueca característica de dolor que a mami le irritaba tanto. Ella le miraba hacer la mueca y le decía: -"PARECES UNA LECHUZA!". Papi solo se reía tiernamente porque la amaba con locura, de verdad y desde siempre. Uno era, en su caracter, todo lo contrario del otro.
Carlos nació en Puerto Plata, el 23 de abril del 1925. Era el cuarto de cinco hermanos hijos de Don Antonio y Colombia. Sus hermanos fueron: Betty, Casada con Narciso Román; Livia, casada con Milongo Mena.; Federico, casado con María Ricardo y Luis, casado con Lulú Villalón (Todos fallecidos a excepción de Tío Milongo y tía María). Tía Betty tuvo tres hijos: Asia, Chicho y Antonio; Tía Livia tuvo cinco: Ginni, Tony, Ray, Milagros y Gustavo; Tío Lulo (Federico) tuvo a Ivonne, Flor, Gina y Federico y Tío Luis tuvo a Livia, Antonia y Luisito. Todos a su vez casados con hijos, nietos y biznietos.
Volviendo a mi papá, él era muy buenmozo, algo así como el galán típico de los 50's, con su bigotito y su cabello con gelatina. Era una liga entre Clark Gable y Pedro Infante. Fue muy enamorado en su juventud.
Estudió medicina y fue un esposo y un padre abnegado.
Aunque vivió la época del trujillismo, y pese a que su primo Manolo estuvo en el Movimiento 14 de Junio, papi jamás quiso involucrarse en la lucha. Mami quizás lo hubiera hecho por su amistad con Minerva y por su espiritu rebelde y a lo mejor hubiese sido una excelente guerrillera.
Antes de yo nacer, papi fue senador en el gobierno de Bosch, por breve tiempo.
Entonces regresó a su medicina y cuando lo nombraron en la capital con un puesto excelente, todos nos mudamos aquí. En 1980 el destino le hace la drástica jugada de que cayera víctima de un ACV (Accidente Cerebro Vascular).
Nunca aceptó su condición ni el cambio radical de médico a paciente, y cada vez que podía se escapaba a la calle, como rebelándose por lo injusto de su destino.
Allí estaba, recluído en la casa para siempre, usando pijamas en vez de sus trajes y mami pasó a ser su enfermera privada durante 18 años. Este período hizo que ella, que nunca fue extremadamente jovial, se apagara más y más y su buen humor cada vez fuera menos notorio.
Mi padre, al contrario, se hizo muy frágil, muy dependiente, y como no tenía acceso a la calle, su mente y vida consistían en horas frente a la televisión. Se sabía las novelas mexicanas mejor que mami.
La noche del 04 de enero del 1998, en medio de sus acostumbrados paseos por la casa a oscuras cuando todos dormíamos, tropezó con un cachorrito que teníamos y se rompió la cadera. Le operamos y aplicamos una prótesis pero jamás se recuperó ni caminó otra vez. Ya la cama de agua era su único modo de vida.
No quería comer.
Las llagas en su espalda por la posición de estar acostado le producían un dolor insoportable. Mami se las curaba.
En abril de ese año, la mañana del día 08, me levanté y fui a su cuarto. Allí estaba, boca arriba, con una vela encendida en su mesita de noche.
Tía Vielka a su lado y mami recostada del tocador.
Había fallecido.
El 23 de ese mes de abril, Cachulo, mi padre, hubiese cumplido 73 años.

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